Opinión: Distribución inclusiva.-

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b7f0a8ec-1e58-4302-a15a-ca45e4b2eabaPor Margarita Cedeño de Fernández.-
DIARIO VISION.-El innovador concepto de distribución inclusiva, plantea la posibilidad de implementar iniciativas tendentes a que la población de escasos recursos tenga acceso a productos y servicios a precios justos.

Forma parte del desarrollo de la doctrina del combate a la desigualdad social, que tanta relevancia ha tomado en época reciente, debido a los efectos de un modelo de capitalismo salvaje que excluye a la mayor parte de la población.

El concepto toma mucho auge en el ámbito de las empresas privadas, cuando aplican principios de justicia distributiva al modelo de negocios, lo que les permite ampliar su base de clientes y, por ende, sus ingresos.

Este modelo de negocios demuestra que facilitar el acceso de los más pobres a los servicios financieros y comerciales, mediante la disminución de los precios y la eliminación de trabas, crea oportunidades de negocio para los empresarios, a la vez que facilita el acceso de los menos pudientes a oportunidades de desarrollo.

Es por ello que las instituciones que promueven este concepto lo consideran “una oportunidad de negocios con impacto social”.

El desarrollo tecnológico ha permitido que las empresas disminuyan considerablemente sus costos, controlen la cadena de producción y definan estrategias ‘micro’ que les permitan llevar los servicios a las personas de menores ingresos económicos.

A nivel mundial, esto significa un mercado de 4 billones de personas, que de acuerdo a estudios, son quienes conforman la ‘Base de la Pirámide económica’, con un poder adquisitivo de 5 trillones de dólares anuales.

Un ejemplo se plantea en el análisis realizado por la Unidad de Innovación Social de la Universidad de Stanford, titulado “Un buen negocio para las personas pobres”, donde se evalúan los beneficios de facilitar el desarrollo de ‘micro-franquicias’ en comunidades de bajos recursos, con resultados exitosos de hasta un 200% en el aumento de los ingresos en los estratos más bajos.

De igual manera, es un concepto que va en línea con el concepto de innovaciones inclusivas, donde toma relevancia el concepto del aporte social de los modelos de negocios.

En este siglo XXI, el éxito de una iniciativa empresarial o de negocios, deberá medirse por su impacto positivo en el desarrollo de una sociedad más inclusiva, justa y equitativa.

La investigación titulada “Los próximos 4 billones”, de la autoría de la Corporación Financiera Internacional del Banco Mundial, sugiere que “el comportamiento y el poder adquisitivo” de las personas de bajos ingresos, es una gran oportunidad para “responder a sus necesidades, incrementar su productividad y empoderarles para que puedan participar de la economía formal”.

Propiciar políticas públicas que faciliten el acceso de los más pobres a servicios de calidad, redunda en una disminución sustancial de la pobreza, con su consecuente impacto positivo en los índices económicos, sociales y de desarrollo humano.

Esta es una nueva forma de abordar la necesaria disminución de la pobreza, con un enfoque “desde el mercado”, en un intento por transformar el “capitalismo salvaje” en lo que podríamos llamar un “capitalismo social”, donde el beneficio empresarial no es una fuente de mayor desigualdad, por el contrario, es fuente de un nuevo pacto de igualdad social.

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