OPINION:

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Por Félix Betances.

DIARIO VISION.-Si se pusiesen en una Balanza las cosas por las que ha pasado nuestro pueblo dominicano a lo largo de su historia, colocándolas hacia los extremos en busca de encontrar cuales pesarían más de las malas y las buenas, pudiera pensarse que  existiría un  nivelado equilibrio; sin embargo, al conocer el balance que registra la historia de los hechos y acontecimientos ocurridos o manipulados por quienes nos han gobernado, indudablemente entenderíamos que no hay forma de evitar que el lado malo de la balanza, se vaya al piso, elevando hacia el firmamento la otra parte.

A partir de la muerte de Rafael Leónidas Trujillo en el año 1961, los dominicanos y dominicanas esperaban que las cosas se encaminaran por un sendero de justicia y de equidad, tal y como lo define el Sistema democrático (Gobierno del pueblo).

En cambio, con solo pensar que a partir de ese fatídico Régimen, en el País se han hecho más de cinco mil millonarios a través del desfalco de los bienes del pueblo, a los que nunca nadie ha sido capaz de pedirles cuentas, solo queda lamentar que nada se puede hacer o que todo ha sido en vano.

Hoy vemos a un Presidente, decir que su gobierno ha sido el más honesto que ha tenido el país en su historia, no obstante saber lo que aquí ha pasado y está pasando, es como para preguntarse, estamos en Suiza, en Costa Rica, en los Estados Unidos o dónde?.

Es acaso esa una forma de decirles a sus antecesores, incluyendo claro está al Dr. Leonel Fernández, que se bañaron en el estiércol, o será una forma sutil de decirle ¡vete!; al que no tiene a donde ir?.

¿Cuáles son sus antecesores?.

¿No se deja entrever algunas contradicciones, cuando hace apenas unos días que el propio Presidente Medina, reconoció que en el País hay corrupción y delincuencia?.

Por otro lado, suena incongruente escuchar al Ministro de la Presidencia José Ramón Peralta decir que los sueldos de los servidores públicos son muy bajos, debió decir míseros, pero al mismo tiempo, justificar que hay sectores que han sido beneficiados con aumentos de salarios en el actual gobierno, entre los que citó al sector magisterial. Eso es como burlarse de los que menos pueden.

Eso demuestra una vez más, que no hay equilibrio en el manejo de la cosa pública ya que solo se les aumenta el sueldo a aquellos servidores públicos que gozan de privilegios o que por lo menos, tienen la facultad de sindicalizarse para reclamar reivindicaciones, so pena de tener que recibir de ellos la presión de las luchas encarnizadas o el abandono de labores que de ninguna manera deben detenerse en el país.

Honestidad es sinónimo de equidad, equilibrio, justeza y sobre todo, respeto a un trabajador que devenga cinco mil pesos como salario y que tiene que enfrentar el costo de una canasta familiar que está por encima de los  treinta mil pesos, mientras se les niega el derecho de un aumento salarial, argumentando que el gobierno no cuenta con recursos para hacerlo.

La honestidad, sigue siendo el gran anhelo del pueblo dominicano, que ve cada vez más alejadas las posibilidades de poder lograrlo algún día.

¿Será esto posible alguna vez?.

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