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DIARIO VISION.-Por medio de su cuenta oficial en la red social de Facebook, la Federación Dominicana de Municipios, FEDOMU, compartió un artículo publicado por el Banco Interamericano de Desarrollo, BID, acerca del papel que juegan los gobiernos locales y explica que hay ejemplos prometedores de algunos gobiernos, en especial algunos a nivel municipal, que se esfuerzan para dar un vuelco a la situación de inseguridad en que viven los ciudadanos.
ASí mismo dice que las actividades más interesantes están surgiendo a nivel de ciudades y en particular el trabajo intenso de los alcaldes, quienes tienen el contacto más directo con sus electores, y gozan de espacios para tomar acciones de prevención, establecer prioridades y enfrentan consecuencias si los anuncios no se cumplen.
El artículo fue escrito por el Sr. Robert Muggah, director de investigación del Instituto Igarapé y de la Fundación SecDev, quien luego de un extenso estudio realizado y apoyado por varios expertos del BID, menciona que hay algunas lecciones sobre cómo diseñar programas que aumente la resistencia de las ciudades al crimen y la violencia.
En primer lugar, la seguridad pública y las políticas y programas de seguridad deben basarse en datos, en evidencia y con una orientación a la resolución de problemas. Increíblemente, menos del 6 por ciento de las medidas en el campo de inseguridad y justicia que se llevan a cabo en América Latina y el Caribe se basan en alguna evidencia concreta de su efectividad.
Pero hay un mayor entendimiento que las estrategias basadas en información confiable y en tiempo real, que se fundamentan en prácticas científicas robustas (es decir, enfocadas en disuasión, terapia cognitiva de comportamiento, intervenciones en temprana edad), son esenciales. Segundo, los servicios policiales y sociales deben enfocar su energía en gente, lugares y comportamientos de altos riesgos.
El crimen se centra en focos altamente contagiosos. En muchas ciudades en la región, un poco más de la mitad de los homicidios ocurren en menos del 2 por ciento de las direcciones de calles. Apenas un pequeño número de personas son responsables de una parte desproporcionada del crimen y de la victimización.
Si la prevención del crimen en la ciudad es la meta, entonces programas muy amplios no funcionan. Las prácticas policiales en zonas calientes junto con prevención social son mucho mejor. Tercero, las autoridades en las ciudades deben empezar a explorar la manera de regular las drogas.
La regulación no equivale a la legalización. Hay muchas opciones intermedias entre la prohibición y la legalización. Alcaldes a lo largo de América Latina y el Caribe están experimentando con la descriminalización del uso de drogas, estrategias para la reducción del daño, regulación del uso medicinal de la maruhuana, y incluso el estricto control del mercado de la marihuana con fines recreativos. La meta es poner el control en manos de los gobiernos, y no del crimen organizado. Cuarto, es esencial que avancemos tanto en medidas de control como en los esfuerzos de cohesión social y en la mejora de zonas marginales.
La generación de un sentido de responsabilidad compartida, de renovación urbana y vínculos entre los barrios ricos y pobres de las ciudades. Esto incluye opciones predecibles de transporte público, la restauración de parques recreacionales y la provisión de servicios de calidad.
El liderazgo está en el centro del renacimiento urbano, en especial en manos de los alcaldes, la comunidad de negocios y el sector sin fines de lucro. Donde hay recursos, un buen plan, métricas de éxito compartidas, es impresionante lo que las ciudades pueden lograr. – See more at: http://www.amuprev.org/noticias/?id=5199#sthash.yOQV0FxP.dpuf