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DIARIO VISION.-Santo Domingo.- Los Diputados del Partido Revolucionario Moderno (PRM), Alexis Isaac Jiménez y Franklin Romero Morillo condenaron los ataques que se producen en medio oriente en la República Árabe de Siria, lo que al juicio de ambos constituye una afronta y un rubor al sistema de paz, hermandad y solidaridad entre los estados y que constituye uno de los mayores genocidios que ha vivido la humanidad.
Los legisladores perremeístas sometieron ante la Cámara de Diputados una propuesta resolutiva de condena a la acción violenta que se vive esa ciudad del Oriente.
Jiménez, de la Provincia Santo Domingo y Romero Morillo, de la Provincia Duarte fustigaron los “bárbaros” ataques rusos, estadounidenses y sirios en la ciudad de Alepo la que según establecen en su propuesta resolutiva «han muerto más de 470,000 personas, entre ellas decenas de miles de niños, como resultado del conflicto Sirio».
«Afligido por el continuado deterioro de la devastadora situación, y por el hecho de que actualmente necesiten asistencia humanitaria urgente, en particular asistencia médica, más de 13,5 millones de personas en Siria, de las que 6,5 millones son desplazados internos; y de las que 4,5 millones, entre ellos refugiados que viven en zonas de difícil acceso, y 393.700 son civiles que se encuentran atrapados en zonas asediadas» citan los diputados opositores.
En su propuesta de resolución los parlamentarios solicitan a la Organización de Naciones Unidas establecer un alto al fuego en Alepo y prohibir el vuelo de aviones de guerra sobre la atormentada ciudad siria.
«Es motivo de censura y de grave preocupación que la Organización de las Naciones Unidas (ONU), no este ejerciendo una correcta presión para que las parte en el conflicto interno de Siria apliquen efectivamente las resoluciones 2139 (2014), 2165 (2014) y 2191 (2014); y que además, no este aplicando las obligaciones jurídicas que incumben a todas las partes en virtud del derecho internacional humanitario y el derecho internacional de los derechos humanos, así como todas las decisiones pertinentes del Consejo de Seguridad, en particular la de poner fin a todos los ataques contra civiles y bienes de carácter civil, incluidos los que entrañan ataques a centros de enseñanza e instalaciones médicas y las interrupciones deliberadas del abastecimiento de agua, el uso indiscriminado de armas, que incluye la artillería, las bombas de barril y los ataques aéreos, el fuego indiscriminado de mortero, los atentados con vehículos bomba, los atentados suicidas y las bombas túnel».
Igualmente censuraron que «se obliga a pasar hambre a los civiles como método de combate, en particular asediando zonas pobladas, y el uso generalizado de la tortura, los malos tratos, las ejecuciones arbitrarias, las ejecuciones extrajudiciales, las desapariciones forzadas, la violencia sexual y por razón de género, así como todas las infracciones graves y abusos cometidos contra niños».
Ambos coincidieron en que Rusia, Estados Unidos y el régimen Sirio tienen una responsabilidad especial de acabar con los combates en Siria y permitir a la ONU un acceso humanitario a las áreas sitiadas y difíciles de alcanzar en Siria.
Jiménez explicó que Siria es un país devastado por la guerra, en la que sus habitantes pasan meses bajo tiroteos, lo pone en riesgo sus vidas diariamente. Lamentó que durante la guerra se han producido ataques entres los ejércitos Sirios y Rusos contra hospitales en Alepo en la que miles de inocentes y hospitalizados pierden la vida.
«La situación actual en Siria es diferente a la que muestran los medios de comunicación, allí se vive un constante nerviosismo tanto dentro del país como en las naciones vecinas, por los continuos bombardeos con misiles, bombas de mortero y proyectiles que producen pérdidas humanas censurables.
Valoró que la Organización de las Naciones Unidas deben impulsar una solución política al conflicto y evitar que se continúe derramando sangre inocente.
«En las Torres gemelas murieron solo 3 mil personas y fue un escándalo mundial, en tanto en Siria han perdido la vida más de 450 mil personas y pasa casi desapercibido. A caso no son seres humanos quienes mueren en Alepo» cuestionó el legislador perremeísta.
En tanto el Diputado por la Provincia Duarte expresó que «estamos consternados por los ataques contra Siria en la que han perdido la vida miles de inocente entre niños, trabajadores humanitarios y civiles».
Agregó que «el suministro de agua queda interrumpido constantemente en la mayor parte de la ciudad siria de Alepo (norte) por los ataques y el corte de la electricidad en las mayores plantas de bombeo que hay en la población, lo que es otro ataque indirecto a esa ciudad» Fustigó Romero Morillo.
El diputado solicitó a la Organización de las Naciones Unidas actuar con mayor eficacia y así «buscar de poner fin a esta guerra genocida, que se ha convertido en una ignominia para toda la humanidad, para que se le ponga alto al fuego y sean retiradas las fuerzas a lo largo de la línea de contacto lo antes posible y proporcionar un acceso sin restricciones a los observadores internacionales en toda la zona de conflicto» demandó Romero Morillo.
La resolución sometida por los legisladores opositores cita que «más de 11 millones de personas se han visto obligados a abandonar sus casas, peregrinando dentro y fuera del país; que la población más afectada y la más desprotegida son los niños; que Unicef estima que 8,4 millones de menores –más del 80% de la población infantil de Siria– se han visto afectados por el conflicto, incluyendo tanto a los que están dentro del país como a los que viven refugiados en países vecinos»
Guerra
La guerra civil en Siria inició en 2011, con la llamada Primavera Árabe. Se le llamó así a las manifestaciones de civiles a favor de la democracia en diversos países de Medio Oriente y del norte de África.
En Alepo, que era la segunda ciudad más poblada de Siria y su capital económica, estudiantes se manifestaron en contra del régimen de la familia Al Assad, que ha gobernado Siria desde 1971. El gobierno disolvió las protestas iníciales, pero luego se convirtieron en incontrolables.